lunes, 7 de septiembre de 2015

The Body Shop y el té verde. Capítulo nuevo de una vieja adicción.

Muy cuqui todo


A estas alturas, deciros que soy muy adicta al té sólo puede provocar bostezos mal disimulados y gritos de Oh, por favor, corta el rollo. Sí, soy una adicta, pero es que de verdad que me parece que no llegáis a entender todo el drama de mi situación. Y es que hay muchas empresas que sólo piensan en aprovecharse de las pobres adictas como yo.

Como, por ejemplo, The Body Shop. Que no os engañen con eso de que tienen productos naturales y demás cosas bonitas. La cruda realidad es que son personas malvadas que intentan sacarme el poco dinero que tengo con promesas de geles de ducha que huelen divinamente y mantecas corporales que te dejan la piel como la de Cleopatra después de haberse hecho unos largos en la piscina de leche de burra.


A ver quién dice que no a tener la piel como la de Cleopatra.

Todo esto viene porque The Body Shop (recordad, son muy malos conmigo) ha puesto a la venta una colección basada en el té verde. Vale, hasta aquí todo normal. Hay miles de marcas que tienen productos parecidos y, si os soy sincera, prefiero los olores dulzones o florales y el té tomármelo calentito. Todo esto sería lo normal, pero como ya os he dicho, no contaba con lo que las diabólicas mentes pensantes de esta empresa me tenían preparado. 

Fijaros por un momento en la imagen de arriba, la que abre este artículo. ¿Qué es lo que veis? Un montón de botes de potingues, ¿verdad? Pero... ¿no os llama la atención ninguno en especial?

Porque a mí sí. Esta fue la misma imagen que yo vi y no pude evitar fijarme en la lata metálica y el infusor. Lo primero que pensé  fue Ah, han sacado también té para beber y la verdad es que no me extrañó mucho, de hecho es algo que pega bastante tanto con la colección como como con la filosofía de la marca de llevar una vida de belleza natural y demás.

Pero no. Su maldad no conocía límites.

Eso que veis, niños y niñas, en realidad es un infusor PARA LA DUCHA. Y lo que está en la lata metálica es una mezcla de sales de baño, con té verde y aloe vera que promete un baño antioxidante, relajante y no sé cuantas cosas más porque, si os soy sincera, desde que vislumbré la posibilidad de darme un baño de té mi mente dejó de funcionar como es debido

Maldad en estado puro


¿Son o no son retorcidos? 

A todo esto tengo que admitir que no lo he probado. Mi economía no es precisamente boyante en este momento (por decirlo de una manera suave y fina, si estuviéramos en la calle os diría que no tengo un puto duro) y, la verdad, tengo gastos más urgentes que darme un baño bajo un infusor de té gigante (por mucho que quiera hacerlo, ojo). Además, no tengo ninguna tienda de esta marca cerca (la más cercana queda en Sevilla, creo) para poder olisquear y probar antes. 

De modo que este es mi drama, mi triste adicción al té (y derivados). Ya lo sabéis. Si continuáis queriéndome es que es amor verdadero.  

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