lunes, 15 de julio de 2013

Penguin Threads, libros clásicos ¡bordados!


Creo que si fuera más bonita, directamente me moriría

Ya sabéis que tengo un problema con las librerías. Es entrar en una y automáticamente me convierto en una compradora compulsiva. Mi tarjeta tiembla dentro de la cartera, sabiendo lo que le espera. Mi antiguo jefe, que es el que me vende los libros (y que en teoría debería estar encantado con la transacción) me mira casi con pena y me dice algo del tipo ¿De verdad te vas a llevar todos estos libros?

 Debería decir que no. Imponerme un límite, parar en algún momento. Y ya no hablo sólo por la economía (que también lo nota, claro). Es que en casa no me caben. En serio. No exagero. Tenemos libros hasta en los sitios más insospechados y no los meto en la nevera porque se estropean.

 Así son las cosas. En este aspecto, doy gracias al cielo todos los días porque el búlgaro sea un idioma tan difícil, porque con la cantidad de librerías que visito a la semana esto se me podría haber ido de las manos. Al principio me daba pena, no os lo voy a negar, ver todos esos libros bien dispuestos y ver que no entendía ni media palabra.

 Luego pasó lo que tenía que pasar. Y no, no es que haya aprendido el idioma y ahora pueda leer todo lo que se me antoje (ojalá). Es que estoy comprando un montón de libros en inglés. Llevo aquí un mes y he comprado doce libros. De los que no he leído ninguno, of course. Ejem. Antes de que me vaya inauguraré mi propia sala de lectura en la biblioteca, si sigo a este paso. Y es que claro, entras en una librería, y entre tanto libros escritos en la lengua negra de Mordor búlgaro, de repente ves algo que entiendes pues no me controlo, no. Por no contar que además están más baratos que en España.

 En realidad, estoy ahorrando un montón de dinero, paradojas de la vida.

Con esta portada, este libro me gusta aún más

 De modo que, en una de estas incursiones a las librerías, vi uno de los libros más bonitos que he visto en mi vida. Y con bonito me refiero a una de esas portadas que te hacen acercar la mano temblorosa y acariciarlo como si fuera un cachorrillo. No era otro que The Wind in the Willows de Kenneth Grahame, la portada que podéis ver en la imagen que abre el post. Se trata de uno de los títulos de Penguin Threads, una colección de Penguin Classics cuya mayor novedad es tener unas preciosas portadas bordadas. La portada no es de tela, no os creáis, pero el papel es grueso y rugoso, y la textura recuerda a los hilos y sus tramas. En realidad, las portadas han sido bordadas realmente por dos artistas diferentes (dependiendo del título), y después fotografiadas y tratadas para crear esta preciosísima colección que necesito tener en mi estantería.

 Bueno, en la estantería no, que ya no me caben. En una pila en precario equilibrio en cualquier parte de casa, pero los necesito.

 Por ahora sólo hay seis títulos, y la verdad es que ignoro si van a publicar más. Según la página de Penguin, donde podéis verlos todos, cuestan 16 dólares, un precio que me parece bien dado lo bonita que es la colección. No recuerdo cuanto cuesta aquí, la verdad, pero creo que recordar que salía bastante más barato, aunque no os lo puedo asegurar... 

 No lo compré, pero cómo os podéis imaginar, ya me estoy arrepintiendo. Nunca he leído a Kenneth Grahame, de modo que esta puede ser la ocasión que estaba esperando. No lo compré porque ese día ya había comprado otros tres libros (en otra librería, claro), y me dio un poco de cargo de conciencia. Pero ahora, cuanto más lo pienso, más lo necesito. Este e Interworld de Neil Gaiman. Los necesito. Aunque no los lea hasta dentro de cinco años (que será lo más probable), pero vosotros me entendéis ¿verdad?

 ¿VERDAD? 

 Si venís a verme no olvideis traer una maleta extra, que tendréis que llevaros libros para España...

 Más información | Penguin Threads

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