Dicen que es Navidad o algo así... |
No me gustan las Navidades. Sí, lo sé, es como supermainstream que NO te gusten las Navidades. Si fuera una tía guay y molona estaría como loca poniendo figuritas navideñas hechas por artesanos pakistaníes con productos del comercio justo, escucharía a los crooners cantar villancicos tristes e inundaría instagram con fotos de recetas de pavo y galletas glaseadas.
Si eso es lo que vais buscando, me temo que os habéis equivocado de sitio. Ojo, que a mí me parece muy bien que si os gusta la celebréis con alegría e ilusión, pero dejad también que los que la odiamos podamos regodearnos en nuestra maldad. Y estas navidades, especialmente, se plantean horrorosísimas de la muerte, de modo que dejadme al menos la libertad de llorar y maldecir a gusto.
Más té, por favor |
Sin embargo, dentro del panorama desolador que se cierne ante mis ojos (no olvidéis nunca mi gen Mary Sue, que hace que tenga una propensión al drama más alta de lo normal), he encontrado algo que hace más llevaderos estos aciagos días. Y, por supuesto, tiene que ver con el té.
Se trata, nada más y nada menos, que un calendario de adviento de té. Lo compré en Austria en Octubre y casi muero de amor esperando a poder estrenarlo. Veinticuatro infusiones diferentes, una para cada día, porque todo el mundo sabe que las penas con té dan mucha menos pena...
Esta cajita tan monísima es de la marca austriaca Sonnentor y sinceramente no recuerdo cuanto me costó. Creo que fue alrededor de unos cuatro o cinco euros, pero mi memoria de pez es así de traicionera. En general me están gustando mucho pero también os tengo que decir que la mayoría son infusiones herbales, y a mí me gusta más el té, pero me las tomo por la noche antes de ir a dormir y problema solucionado.
El verdadero problema es que no sé qué voy a hacer desde el 25 de Diciembre hasta el 6 de Enero...
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