martes, 12 de febrero de 2013

Semana 2: El estrés

Un blog no es un blog si no pones un cartelito de estos
Parece que fue ayer cuando empezábamos, pero no, os prometo que ya ha pasado una semana completa. Vamos a revisar hoy el capítulo dos de La dieta espiritual de Francesc Miralles, por si os acabáis de incorporar y no sabéis de qué va esto. El capítulo de esta semana está dedicado al estrés y ay prima que nos han pillado con el carrito del helado...

Tengo que ser honesta con vosotros y tengo que confesaros que este capítulo me llega tarde. Como un año tarde, más o menos. Ahora que estoy en paro, dedicando mi tiempo a cultivarme y a ser mejor persona y, en general, haciendo lo que me sale de las narices, pues la verdad es que estrés tengo poco.

Si esto lo hubiera pillado hace un año, otro gallo nos cantaría. Porque yo he sido una persona muy pero que muy estresada. Tengo una úlcera y os prometo que no es por gusto. Todo me agobiaba, todo me parecía un mundo y si sumamos esto a mi tendencia a anticiparme a los acontecimientos de la manera más negativa posible, pues ya tenéis el drama completo

Mi vida parecía una tragedia griega y ¿sabéis lo peor? Que no era para tanto. Ni mucho menos. Tenía trabajo estable, pareja estable, familia estable. Que sí, que en mi trabajo me explotaban, pero lo normal, no os vayáis a creer. Todo iba razonablemente bien, con sus pequeñas miserias y sus alegrías, pero yo no sabía cómo enfrentarme a esos ataques de estrés. Y, sinceramente, no estoy totalmente segura de que sepa hacerlo cuando tenga que enfrentarme de nuevo a ello (espero que dentro de mucho, mucho tiempo). 

Para esos momentos en los que creemos que el estrés nos va a comer y sólo nos apetece meternos en la cama debajo de un montón de mantas y desaparecer, el capítulo de esta semana nos propone cambiar el foco. Es decir, desviar la atención. Pensar en otra cosa, vaya. En mis peores momentos de angustia lo que mejor me sentaba eran dos cosas: una, ver alguna serie chorra tipo Big Bang Theory o Cómo conocí a vuestra madre. Veinte minutos de risas y, no voy a decir que como nueva, pero casi. Otra cosa que me sentaba genial era jugar con el perro de mi hermana. Algún día os hablaré más de él, porque es un amor, pero os digo desde ya que dedicar quince minutos a tirarle la pelota y que te la traiga es un potente cambio de foco.

En el tercer objetivo de este capítulo nos propone recobrar la calma a través de la respiración. Escuché este consejo este verano (creo) en el programa Redes, aunque no recuerdo que invitado lo daba. Lo que proponía era fijarse en nuestra respiración durante un rato. No hace falta cambiar el ritmo, simplemente poner nuestra atención en plan Ahora estoy inspirando, ahora estoy espirando. Os prometo que funciona, pero me hubiera venido genial conocerlo mucho antes... 

El punto negativo de la semana viene con la separación del estrés positivo y el negativo. O no lo hago bien o no me entero, porque para mí el estrés es siempre negativo. Una cosa es el nerviosismo propio que te entra cuando empiezas un  nuevo proyecto, etc; y otra cosa muy distinta es el estrés paralizante en lo que lo único que se me viene a la cabeza es Nopuedonopuedonopuedorrrr. Aquí tengo un suspenso bien gordo, pero si me lo explicáis os lo agradezco ^^

Después del repaso a la semana vamos con el siguiente capítulo, La rigidez mental. Esta vez nos propone cuatro objetivos:

1. Pregunta a una persona de gran confianza en qué puntos o temas te muestras rígido.

2. proponte esta semana moverte en tu manera de pensar, de hablar y actuar respecto a este particular.

3. Practica la flexibilidad escuchando activamente a personas con opiniones muy diferentes a la tuya, compartiendo ocio con ellas y desactivando cualquier censura mental.

4. Dedica unos minutos al día a una actividad que te provoque el estado de flow, es decir, que te permita fluir y fundirte con aquello que haces.

Pues ala, ya tenemos deberes. ¿Cómo os ha ido esta semana? ¿Habéis mejorado vuestro control del estrés? 


7 comentarios:

  1. .
    ¿Estres? Yo soy invulnerable. El truco está en que todo te la reflonflinfle. Es duro, pero se puede XD

    No, ahora en serio, siempre he sido poco dado al estres, y el poco que me provocaba el trabajo lo desahogaba a base de matar nazis en la PlayStation (Gracias, Hitler, por crear los mejores malos del mundo). Lo malo es que estoy asediado por gente que vive en un permanente estado de estres, e intentan arrastrarme a su espiral de ahora-ya-rapido-nollegamos-venga-diosmiodiosmiodiosmio.
    Al final he desarrollado una analogía-desactivador que suele funcionar, aunque al final siempre tengo que explicarla: ¿Cuantos aviones tienes en tu pantalla?

    Cuando se dan cuenta de que no se están jugando la via de nadie y de que en realidad las cosas no son tan urgentes como ellos creen, se relajan un poco. Hasta el día siguiente, claro.
    .
    .

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    1. Ay, Henry, tú siempre tienes razón. Bueno, casi siempre ;) Eres una inspiración para mí, pero creo que ya lo sabías ^^

      Tú me conoces desde hace mucho y sabes que muy dada a los ataques de pánico, de estrés y de lo que sea con tal que haya que llorar :p Ahora estoy muy bien, muy tranqui, muy zen y todo eso, pero claro, es que estoy en mi casa tocándome el ombligo... El día que vuelva a la vida real recordaré tus sabias palabras.

      Gracias por compartir tu sabiduría bizcochito! <3

      P.D.. En Guionistas de Canarias, cuando pico en tu nombre me lleva a un sitio muy raro... :p

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  2. Jajaja!!! Siento que este capítulo te llegue tarde. Espero que pronto dejes de estar en el paro. Bss!!

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    1. Muchas gracias Francesc! Igualmente, más vale tarde que nunca ;) Tengo un proyecto para este año, no es un trabajo estrictamente hablando, pero me hace ilusión ^^ Ya iré contando :)

      Besicos!!!

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  3. Hola!

    Para distinguir los dos tipos de estrés, es mejor fijarnos en la finalidad que en la causa. El eustrés no es el estrés que se genera de una situación positiva, sinó si la situación estresante es para una finalidad positiva para ti.

    Te pongo un ejemplo sacado de internet:

    "Por poner un ejemplo: cuando un depredador nos acecha, si el resultado es que corremos estamos teniendo una respuesta de eustrés (con el resultado positivo de que logramos huir). Si por el contrario nos quedamos inmóviles, presas del terror, asustados, estamos teniendo una respuesta de distrés (con el resultado negativo de que somos devorados… y eso no es agradable)"

    Vamos, que el eustrés es cuando acaba bien la cosa y el distrés cuando acaba mal. En nuestra vida hay de las dos cosas, lo que pasa es que "estrés" lo asociamos a lo segundo.

    No es que sea un entendido, es que yo también estoy siguiendo la Dieta espiritual jeje y me he encontrado con la duda de clasificar cosas en estrés/distrés. Creo que voy dos semanas atrasado respecto a ti.

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  4. Hola Ivan!

    Muchas gracias por tu nota aclaratoria, me ha sido de mucha ayuda ^^ Yo soy muy de dejarme llevar por el pánico. Lloro primero, después ya veo si puedo lo solucionarlo, pero la llantina no me la quita nadie :p

    La dieta espiritual me está resultando muy entretenida, la verdad. Con quedarme con la mitad de lo que recomiendan yo ya me doy por satisfecha... Mucho ánimo con tu dieta! Espero que sigamos intercambiando impresiones ^^

    Gracias y besicos!

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  5. Sí, me cuesta contenerme para no pasarme a un capítulo de otra semana xd.

    Aunque vaya desfasado iré comentándote mi viaje por la dieta espiritual. De momento nada me viene de nuevo, pues ya había leído "La ciencia de la felicidad" de Sonja Lyubomirsky, un libro muy bueno con estrategias para ser más feliz y tal. Te lo recomiendo!

    Un saludo!!

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