martes, 19 de febrero de 2013

Semana 3: La rigidez mental

Creo que cuando hablan de flexibilidad no se refieren a esto... 

En un día en el que apetece meterse en el sofá con una manta y un par de litros de té mientras vemos películas lacrimógenas os traigo el tercer capítulo de La dieta espiritual de Francesc Miralles. Si os acordáis, esta semana estaba dedicada a la rigidez mental, y es que todos, sin excepción, a veces nos comportamos como si tuviéramos la cabeza llena de cemento armado...

Empecé esta fase de la particular dieta con el primer objetivo, es decir, preguntando a un par de personas en qué me comportaba con mayor rigidez. Los elegidos fueron mi hermana y Fausto, dos personas que me conocen bastante bien. Sin embargo, ninguno de los dos supo darme una respuesta satisfactoria, y aunque pregunté a algunos amigos, nadie me contestó.

¿Significa esto que soy un alma dulce y comprensiva? Emm... no.

Pero sí tengo que reconocer que la rigidez mental no es uno de mis mayores problemas. Hay temas en los que fallas y temas en los que no, y bueno, suelo ser bastante tolerante y flexible. No soy perfecta, aunque os lo parezca ahora mismo, pero sí es verdad que suelo empatizar bastante bien con los problemas y puntos de vista de los demás.

Os pongo un ejemplo: tengo amigos de derechas y de izquierdas y es raro que con los tiempo que corren el tema político no se acabe tocando en alguna conversación. Pues bien, los de izquierdas siempre me acusan de ser de derechas, y los de derechas siempre me acusan de ser de izquierdas. ¿Cómo lo hago? Ni idea. No es que me guste llevar la contraria (bueno, a veces sí), es sólo que creo que soy capaz de entender ambos puntos de vista. 

Por supuesto, no siempre puedo ser tan adorable. He tenido ocasiones en mi vida en las que me he sentido fuera de lugar y me ha costado adaptarme a alguna situación concreta, como todo el mundo. No me gusta, os voy a decir la verdad, cambiar de planes en el último momento, sobre todo si se trata de salir de casa, pero esto lo achaco más a la pereza que a otra cosa...

Esta semana he descubierto también lo que significa Flow, es decir, fluir, y no, no se refiere a nada relacionado con la música... Con este nombre en realidad se hace referencia a ese estado mental en el que estás totalmente inmerso en la actividad que estás ejecutando. Aquí sí tengo problemas, y es que últimamente no puedo estar más dispersa. Para que os hagáis una idea mientras he escrito este post he hablado dos veces por teléfono y he comprobado el mail unas cuantas veces... 

Mal, muy mal, Sarah.

No sé qué actividad me lleva a ese estado de flujo maravilloso, la verdad. ¿Escribir? ¿Leer? ¿Hacer el vago por internet? De lo que sí estoy segura es que hacer ejercicio NO me lleva a ese estado, eso os lo puedo asegurar. En fin, seguiré buscando... 

Para la próxima semana el tema que nos toca es Compararse, y aquí sí que tengo que trabajar duro, porque siempre me estoy comparando con los demás (y no salgo bien parada, precisamente...) Los objetivos a cumplir son los siguientes:

1. Anota en un papel todo aquello que te hace único y especial, aunque no todo sean virtudes.

2. Plantéate para esta semana un objetivo concreto que sirva para desarrollar tu mejor virtud.

3. Valora al final de la semana lo que has conseguido en una escala del 1 al 10 respecto a lo que podrías haber hecho.

4. Programa para la próxima semana aumentar tu puntuación en ese talento o capacidad que te distingue. 

La cosa se pone interesante, ¿eh? No tengo ni idea de cuales son mis mayores virtudes (además de ser un ser adorable, por supuesto) pero va a ser divertido averiguarlo y seguro que Platón me ayuda con esto. Para el número 2 se me está ocurriendo una idea muy loca, a ver qué os parece a vosotros... No sé si es mi mejor virtud o talento, pero escribir se me da bien y me gusta. ¿Qué tal comprometerme a escribir TODOS los días de esta semana? Continuar con los dos proyectos que tengo a medias, escribir esos cuentos que me rondan la cabeza, o un microrrelato, pero el caso es escribir cada día. ¿Qué os parece? 

Y ahora, os toca el turno a vosotros. Contadme cómo os ha ido esta semana, anda... 

2 comentarios:

  1. Buenas!

    Yo con mi retraso inevitable. Qué como me ha ido con la rigidez? Pues no ha ido muy bien. No es pq sea más duro que un pedrusco...es que estoy pasando por una época de mucha ocupación y no puedo buscar algo que me haga entrar en flow (intuyo que escribir, pero esto lo dejaré para cuando acabe el curso) ni alguien con quién compartir actividades (esto también lo dejo para luego). Así que, entre que creo que soy más bien flexible y no tengo tiempo para dedicarme bien en la medida, la pospongo para más adelante. Pensarás que esto es la semilla del "pues esto me lo salto", pero no va a ser así! Ahora a abordar el "Compararse"!

    Un saludo!

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    1. Hola!

      No te preocupes por tu retraso, fíjate lo que tardo yo en contestar a los comentarios :p Personalmente, me cuesta muuuucho llegar a ese estado de fluidez que describe el libro. Hoy por hoy, creo que lo que más me evade es leer, pero no estoy convencida de llegar a ese fluir...

      Todos tenemos malas rachas, temporadas de estar muy ocupados, con la cabeza en otro sitio. En mi caso, desde el verano me cuesta muchísimo concentrarme en algo. Todo lo dejo para luego, me cuesta una barbaridad terminar las cosas que empiezo... Imagino que sólo es una racha, pero a ver si acaba de una vez :p

      Ánimo con la dieta!

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