martes, 5 de marzo de 2013

Semana 5: Envidia y los celos

¿Envidiosa? ¿Yo?


Vamos hoy con la quinta entrega de La dieta espiritual de Francesc Miralles. Sí, no son imaginaciones vuestras, hoy he publicado tardísimo, pero es que llevo unos días que no soy persona... Si recordáis, el tema de trabajo para esta semana era la envidia y los celos, y es algo que en mayor o menos medida todos hemos sufrido.

La envidia, al menos desde mi punto de vista, está estrechamente relacionada con el tema de la semana anterior, la comparación. Nos comparamos con los demás, salimos perdiendo, y entonces aparece ese monstruo silencioso llamado envidia. Queremos ese pelo, ese cuerpo, ese libro, ese bolso, ese gracejo natural y esa inteligencia a prueba de exámenes. Y ahí estamos nosotras, con el pelo encrespado en una trenza que deshace cada vez que te mueves, con los tobillos gruesos, una edición de bolsillo de tu libro favorito y un cinco raspado (¡con suerte!) en tu último examen.

Estaréis conmigo en que, llegados a este punto, llorar es inevitable.

Después de nuestro llanto, nuestra chocolatina de consolación y una barra de labios que nos promete una sonrisa espectacular, vamos a lo importante, a analizar ese sentimiento tan malo y tan feo. Compararse con los demás está mal, no debemos hacerlo, nos tenemos que querer más a nosotros mismo, etc etc etc. Que sí. Que vale. Que muy bien, que ya me he enterado, pero yo sigo a lo mío, y lo mío es sufrir.

La envidia sana es normal. Diría, incluso, que es hasta saludable, siempre y cuando nos lo tomemos de una manera positiva, de forma que nos empuje a conseguir lo que esa otra persona tiene y nosotros no. Por supuesto, sin despellejar a nadie, que muchas veces parece que cuanto peor es una persona, mejores somos nosotros y eso no se acerca ni por asomo a la realidad.

Que sí. Que todos hemos abierto una revista y hemos criticado Mira qué pelos o Tiene pies de orco (esta es muy de mi hermana, que es así de dulce la criatura)  pero de ahí a desear una muerte lenta y dolorosa, hay un buen trecho... Todos hemos escuchado esa expresión que dice La envidia es muy mala, pero, sinceramente, más allá del despelleje en el que todos hemos participado alguna vez, creo que en la mayoría de los casos la cosa no va mucho más allá. Sí, todos conocemos a alguien que está más pendiente de la vida de los demás que de la suya propia, pero al final eso les acaba afectando más a ellos que a nosotros...

También están, por desgracia, esas personas que llegan a ser realmente dañinas debido a la envidia y los celos, y sí, de nuevo todos hemos conocido a alguna persona así en nuestra vida (en mi caso una familia enterita ¡madre mía!) , pero estaréis conmigo en que no es la norma...

En cuanto a los celos, me ha hecho mucha gracia eso de los celos con efecto retroactivo, porque ejem ejem, son los que más me suelen afectar. Es una estupidez, pero me afecta bastante más el pasado que el presente y no os vayáis a creer que soy una bestia parda pero alguna escenita he montado alguna. Como todos... ¿no? ¿NO?

Para la semana que viene toca otro de esos temas estrella, la Obsesión por las opiniones ajenas, que en mi caso no es tanto obsesión en sí misma sino un problemilla de autoestima (sigh). En fin, tenemos toda una semana para meditar sobre el tema, y sobre todo, para mejorar. los ejercicios propuestos son los siguientes:

1. Toma en cuenta sólo el feedback positivo que llegue sobre tu persona. Es decir, acepta como un regalo las palabras amables que recibas de los demás, pero sin por ello buscarlas.

2. Recupera la responsabilidad de analizar y valorar aquello que no haces tan bien. Dedica una vez por semana a detectar lo que podrías hacer mejor y aquello que no deberías hacer para llevar una vida con menos problemas. 

Y vosotros ¿tenéis problemillas con la envidia y los celos? ¿Me lo contáis? 


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