martes, 12 de marzo de 2013

Semana 6: Obsesión por las opiniones ajenas

¿Crees que a ellos les importan mucho las opiniones de los demás?


Me aventuro a escribir este post sin saber cuando lo veréis publicado. Espero que dentro de un rato, cuando lo termine y lo revise, pero tal y como está funcionando Internet por esta parte del mundo no os puedo prometer nada... En cualquier caso, vamos a hacer un balance de la sexta semana que le dedicamos a La dieta espiritual de Francesc Miralles, que como recordaréis está dedicada a la Obsesión por las opiniones ajenas.

Un tema peliagudo este, sobre todo porque el capítulo se centra sobre todo en la autoestima. O más bien, en la falta de ella, que hace que nos obsesionemos porque los demás piensen bien de nosotros. Vamos a reconocerlo. Todos queremos molar. Molar mucho, además. Queremos ser guapos, delgados, listos, divertidos, etc etc etc

Es normal. Comprensible. El problema es cuando llega el quiero y no puedo. Sobre todo, cuando tú te crees que no puedes... No voy a mentiros, la mayor parte del tiempo tengo la autoestima por los suelos. Y sí, ya sé que eso está mal, muy mal, pero... bueno, no hay muchos peros que valgan, en realidad.

Me gustaría (de verdad, de corazón, os lo juro por Chipie) que no me afectaran las opiniones de los demás, pero el caso es que me afectan, y en muchos casos, más de lo que me gustaría. Sé que es un error, que debería pasar olímpicamente de lo que los demás piensen, porque entre otras cosas, eso significa que le doy mucha más importancia a lo que piensan los demás sobre mí misma que a lo que realmente pienso sobre mi misma, pero... No, tampoco aquí me valen los peros...

¿No os ha pasado nunca que os ha salido un grano, te has manchado sin querer el vestido o se te ha hecho una carrera en las medias? Seguro que sí. Y, me apuesto lo que sea, a que en esas ocasiones has ido obsesionado por la calle pensando que tooooodo el mundo te está mirando el grano/la mancha/la carrera en las medias. Si lo pensamos fríamente sabemos que es una estupidez, pero que levante la mano el que no ha pasado vergüenza y/o agobio pensando en ello...

En mi caso concreto, no es tanto la búsqueda o necesidad de aprobación, como mi la ausencia de mi propia autoestima. Es evidente que si yo no me doy a valer, los demás no van a hacerlo, y mucho me temo que aquí me espera un arduo y duro trabajo que no puede quedarse sólo en esta semana. Ay.

Sin embargo, y a pesar de todo, debemos seguir avanzando con los capítulos del libro. El siguiente trata el apasionante mundo de Juzgar y criticar y, como siempre, tenemos deberes para trabajar esta semana:

1. Proponte suspender por una semana el juicio sobre las personas que tienes a tu alrededor, a no ser que seas víctima de un ataque frontal que te obligue a valorar las intenciones del otro.

2. Durante esta misma semana, evitarás emitir crítica alguna sobre lo que son o hacen los demás.

3. Al finalizar la semana, evalúa cómo te sientes tras haber incorporado esta pauta a la "dieta".

4. Si te ves obligado a censurar a alguien, compensa cada crítica con dos elogios, para así preservar el orgullo de esa persona. 

Y vosotros ¿Cómo andáis de autoestima? ¿A la baja o al alza? 

Y así llegamos a ese mágico momento de pulsar el botón de Publicar. Esperemos que Internet aguante...




2 comentarios:

  1. A mí también me importa bastante la opinión de los demás sobre mí (no sé si habrá alguien a quien no) pero creo que la clave está en seguir haciendo lo que te dé la gana. Creo que ser una misma es de las cosas más difíciles que hay, aunque digan que lo difícil sea tratar de ser otra persona! Pero si uno se queda esperando a que te deje de importar la opinión ajena para hacer las cosas uff, nunca haríamos nada :D
    Un saludo!

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    1. Hola!

      Pues, tal y como dices, creo que la clave está en 'pasar' de los demás. El problema, al menos en mi caso, es que yo misma soy mi peor enemigo y me obceco en pensar que los demás están pensando barbaridades de mí... cuando la realidad es (o suele ser) que los demás bastante tienen con sus cosas como para andar preocupándose por mí...

      En fin, que me toca trabajar la autoestima, vaya :p

      Mil gracias por comentar!

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