jueves, 11 de abril de 2013

Semana 10: El ego

Yo soy yo... y mi circunstancia
No, no hace falta que miréis el calendario. No os habéis equivocado. No es martes, es jueves y lo será durante todo el día. Sé que mi entrada semanal sobre La dieta espiritual de Francesc Miralles suelo publicarla los martes pero a partir de ahora, y por cuestiones de logística, va a pasar a los jueves. Tanto da, ¿no?

El tema para esta semana es el ego y tengo que confesaros que esperaba más chicha de este capítulo. Ya que estamos condenados a vivir con nosotros mismos durante toda la vida más vale llevarse bien ¿no creéis    Sin embargo, estar siempre pendientes de nuestro ego, es decir, de nosotros mismos nos convierte en malas personas, en criaturas egoístas a las que nadie quiere etc etc...

Y ojo, que yo no os digo que no, pero como todo en la vida hay que encontrar un equilibrio más o menos perfecto. Pensar en ti mismo es algo digno, no tiene porqué ser algo aberrante, siempre y cuando no nos llevemos por delante a los demás. Cuando tomamos una decisión importante ¿debemos pensar antes en nosotros o en los demás?

Como todo, depende de las circunstancias y sobre todo, depende de las consecuencias que esas decisiones tendrán en los demás. No es lo mismo decidir teñirte el pelo de azul en contra de la opinión de toda tu familia que quedarte embarazada sin preguntarle a tu pareja... No es lo mismo, no...

Por contradictorio que parezca, el amor por nuestro ego no tiene porqué estar unido al egoísmo. No está mal querer lo mejor para nosotros mismos, siempre y cuando no perjudiquemos a los demás en nuestro ejercicio de amor propio, o al menos no lo hagamos con alevosía y mala intención. 

Si ganamos un premio literario, significa que otro no lo ganará en nuestro lugar. Si conseguimos ese puesto en la empresa de nuestros sueños, imagina cuantas personas esperaban también conseguir ese empleo... Piensa en todas las consecuencias que tiene cada uno de tus actos y nunca más volverás a dormir tranquilo...

No os digo que seáis malos. Ni mucho menos. No os digo que portéis como cerdos egoístas  Que no. No se trata de ser un ególatra y ser el centro del universo, pero tampoco de hacer el gilipollas y dejar que todos se aprovechen de ti y tus buenas intenciones.

A veces hay que ser egoistas. Un poco, sólo un poco. No hay que hacer daño de manera gratuita, pero tampoco hay que dejar que los demás no lo hagan a nosotros. Equilibro. Empatía. Generosidad. Meterlo todo en una coctelera, con las dosis correcta y encontrar la fórmula de la felicidad personal.

Es difícil, pero no imposible ;) 

El tema para la semana que viene es Anclarse en el pasado, y como siempre, tenemos tarea por hacer:

1. Identifica un hecho traumático que crees que ha condicionado negativamente tu existencia.

2. Extrae aquello positivo que pueda haber supuesto para tu crecimiento.

3. Fija una meta "con sentido" para la semana que viene, algo de lo que te puedas sentir orgulloso. 

¿Me contáis cómo ha ido vuestra semana? 

2 comentarios:

  1. El ego trata de mantenernos anclados en lo que siempre hemos hecho, no le gustan los cambios ni que salgamos de nuestra zona de confort. Nos intenta proteger pero al final lo que hace es impedir nuestro crecimiento y expansión.

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que, como todo en esta vida, lo correcto está en la medida justa. Ni avasallar ni dejar que te avasallen y encontrar ese equilibrio justo no es tan fácil como parece... Habrá que seguir intentándolo!

    Besicos!!

    ResponderEliminar