jueves, 25 de abril de 2013

Semana 12: Rencor


Tu sigue, que mientras yo voy acumulando rencor...

Llegamos así de alegres y contentos al ecuador de La dieta espiritual de Francesc Miralles. Doce semanas llevamos ya, a lo tonto, y otras doce nos quedan por delante para ser mejores personas, ser felices y comer perdices. Para esta semana nos tocaba el tema del rencor, un sentimiento que todos hemos sentido alguna vez.

El rencor es ese bolso gigante (más grande aún que el que llevamos todos los días encima) y en el que vamos metiendo todo eso que nos ha hecho daño y que no hemos logrado superar: el día en que tu novio no fue a comprarte unas patatas del McDonalds, ese momento terrible en el que cancelan tu serie favorita, o cuando vas a Primark y TODOS (pero todos) los pantalones, independientemente de la talla que sean son pitillos. 

Como veis, yo soy muy de acumular rencor contra cosas absurdas. He intentado pensar en comentarios o acciones de gente que me hubieran hecho daño y no recuerdo ninguna en concreto. A ver, que sí, que claro que me han hecho daño muchas veces, montones, más o menos como a ti.

Algún comentario desafortunado de una compañera de clase, un olvido imperdonable por parte de una amiga, un jefe que no te valora... Todos acumulamos pequeñas tragedias diarias, pero, al menos en mi caso, tras estar enfadada con el mundo durante un par de días, después lo olvidamos. Claro que mi vida tampoco tiene mucho de particular y aunque yo sea bastante propensa al drama (que lo soy, y mucho) lo habitual es olvidarme del tema y borrón y cuenta nueva.

Para superar ese rencor que nos come por dentro es imprescindible el perdón. No sé vosotros, pero yo soy de perdón fácil, pero también tengo que recalcar que nunca me he visto enfrentada a situaciones verdaderamente peliagudas. Nunca me han pegado, robado, sido infiel, etc etc de modo que perdonar a tu jefe porque te ha llamado la atención cuando no debía tampoco resulta tan difícil...

Aunque te pases dos días mirándolo con ojos acusadores...

Para la semana que viene tenemos un tema que me ENCANTA. No, de verdad, estaba esperando este momento desde que empecé el libro y por fin ha llegado... La próxima semana nos ocuparemos de la Procrastinación, ese pecado moderno del que todos somos culpables. Como siempre, hay deberes para hacer...

1. Empieza la semana anotando en tu agenda una meta importante para cada día. Especifica las horas a las que se realizará dicha tarea.

2. No realices otras actividades hasta que esa misión se vea cumplida, aunque para ello tengas que renunciar a cosas que te apetezca hacer.

3. Al finalizar la semana, regálate una gratificación personal por haber cumplido estos objetivos.

4. Traza el programa diario para la semana siguiente, con el firme propósito de no desviarte de los planes.

Y vosotros ¿cómo lleváis la dieta? ¿Habéis llegado ya al ecuador? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario