martes, 4 de febrero de 2014

Semana 18: La impaciencia

Esta es la peor de todas
Vuelvo a tener sentimientos encontrados con el capítulo semanal de La dieta espiritual de Francesc Miralles. Esta semana la dedicamos a la impaciencia, y en cuanto vi el título pensé venga, vale, otro capítulo en el que me van a sacar un montón de defectos.

No me ha ocurrido con todos, de verdad. Tengo mis fallos pero no soy una persona tan horrible.

A lo que íbamos. La paciencia no es, precisamente, una de mis virtudes. No llego al nivel de mi hermana (la dulce spoileadora), pero suelo quererlo todo para ayer. Podéis echarle la culpa a esta terrible sociedad que aboga por la gratificación inmediata y bla bla bla, pero las cosas son como son. 

Ejemplo práctico. No sé cuando fue la última vez que en mi familia nos dimos un regalo en su fecha (cumpleaños, Navidades, santos, etc). No exagero. Lo nuestro suele ser, con pequeñas diferencias, más o menos así:

Yo: Te he comprado una cosa, pero no te voy a decir lo que es y no te lo voy a dar hasta el día de la celebración.
Otro miembro de mi familia: Oh, no, por qué me haces esto, no puedo, me muero, me muero, dímelo, dámelo o mátame...

Los roles son intercambiables, siempre. También hay otra variante, tal que así:

Cualquier miembro de mi familia: Te he comprado un cosa... ¿Te digo lo que es? ¿Te lo doy?

Supongo que, realmente podría echarle la culpa a mis padres. Más bien a mi padre, mi madre sí es paciente. De hecho, mi hermana y yo hemos copiado todos los malos hábitos de mi padre y ahora mismo me estoy dando cuenta de que igual puedo demandarlo o algo.

No llevo bien las esperas, esa es la cruda realidad. Imagino que es por la incertidumbre, y también, no lo vamos a negar, con mi alto poder de imaginación. Vosotros no le veis sentido, pero os aseguro que lo tiene. Tengo mucha imaginación. MUCHA. Y mientras estoy en ese estado de espera, de incertidumbre, puedo imaginarme muchas variantes de un posible futuro. Da igual que sean regalos o la respuesta a una entrevista de trabajo, el caso es que cada minuto que me dejes en ese estado de indefensión más expectativas iré creando, y no respondo de mí en esos casos...

Sin embargo, y para que conste, suelo tener bastante paciencia con los demás. No soy mala como profesora, y eso que he tenido a alumnos de diversificación con los que tenía que repetir lo mismo bastantes veces... Tampoco me agobia esperar en colas o atascos, a no ser que tenga algo muy muy urgente que hacer, pero normalmente lo llevo con tranquilidad. En general, podemos concluir que soy bastante impaciente conmigo misma.

Y con los regalos. Especialmente con los regalos.

La próxima semana nos toca La perfección, y es que hay veces que nos da el síndrome Mary Poppins y no hay quien nos aguante... Aquí tenéis las tareas:

1. Realiza una radiografía por escrito de aquellos aspectos imperfectos o irregulares que te hacen único como persona. Analiza cuáles de ellos son claramente perjudiciales y cuáles te aportan carácter o singularidad.

2. Dedica un par de horas de esta semana a estudiar la historia de grandes personajes, como Edison, que gracias al fracaso continuado acabaron triunfando.

3. Decide en qué puedes fracasar repetidamente para hacerte experto en algo que te sirva. 


Y vosotros... ¿de paciencia cómo andáis? 

3 comentarios:

  1. de toda la gente de la historia que terminó triunfando a base de constancia y talento tienen que elegir PRECISAMENTE A EDISON, QUE ROBÓ LA MITAD DE SUS IDEAS Y FUE UN HIJOPUTA EN LO REFERENTE A LA OTRA MITAD? JFDHDKJKFDHGFHDS

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  2. .
    Iba yo a comentar lo mismo que Adhara. ¿Edison? ¿En serio? ¡TESLA MADAFACKAS!

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  3. Estoy tan, tan orgullosa de que seáis mis amigos :_) No podéis molar más ^^

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