martes, 21 de enero de 2014

Semana 16: Hipersensibilidad

Así es como se empieza...
Os confieso sin ninguna clase de pudor que el capítulo de hoy de La dieta espiritual de Francesc Miralles me ha costado horrores. Y es que, siendo como es un capítulo dedicado a la Hipersensibilidad no podía ser menos. En este torbellino emocional que estoy pasando ya me gustaría a mí no estar más sensible de la cuenta, pero me cuesta, me cuesta...

También tengo que admitir que como buena Mary Sue siempre he tenido la sensibilidad a flor de piel. No os hagáis una imagen equivocada porque os aseguro que no es tan bonito como lo pintan, ni mucho menos. Cuando he leído cosas como imaginarse lo peor antes de que suceda o reacciones emocionales intensas he pensado, vale, están hablando de mí y no me han pagado royalties.

Siempre he llorado mucho, por cualquier cosa, y también os confieso que las cosas me afectan más de lo que deberían, así en general. Lo disimulo bien, más o menos, casi siempre, pero ahora mismo gente, pues no. 

Una ruptura sentimental siempre es dura. Al margen de lo mucho que quieres a la otra persona, están los pequeños detalles diarios. Los libros que le gustaban, ese grupo heavy que a mí sólo me parece ruido para él le encantaba, su comida favorita. Ver su albornoz colgado, saber que nunca, nunca más te va abrazar, que no volveremos a ir juntos a ese restaurante mejicano que tanto nos gustaba.

Es duro, sí, darte cuenta de que una persona a la que querías tanto no va a estar en tu vida nunca más, que todo lo que compartía contigo ahora lo comparte con otra. 

De modo que, bueno doctor, es cierto, presento el cuadro de síntomas completo. Culpable, sí. He intentado seguir los consejos que nos daban pero, en fin, ahora mismo no soy la mejor alumna del mundo.

La semana que viene vamos a tratar el interesantísimo tema de La apatía, y creo que me va a venir bastante bien... Aquí os dejo los deberes para que nos apliquemos.

1. Ponle a tu semana una pequeña meta que te motive a luchar por ella. Por ejemplo, bajar un poco de peso, aprender 25 palabras en el idioma que estás estudiando, tocar una pieza musical, llamar a amigos a los que tienes olvidados.

2. Si te sientes apático y no tienes ninguna misión que te motive, ni grande ni pequeña, vas a tener una: buscar ese objetivo - algo que te haga sentir útil y activo- que dé sentido a la semana. tu meta será encontrar un motivo por el que levantarse de la cama. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario